Los indicadores financieros de liquidez, en el ámbito empresarial, desempeñan un papel crucial al evaluar la capacidad de una entidad para cumplir sus compromisos financieros de índole a corto plazo, tales como el pago de deudas y gastos corrientes.
Esta faceta adquiere un protagonismo destacado ante los ojos de inversionistas, prestamistas y la alta dirección de la compañía, quienes, ávidos de discernir la capacidad de una organización para enfrentar sus obligaciones de carácter efímero y administrar sus recursos financieros con eficacia, se valen de estos indicadores financieros de alto calado.
La ecuación no se reduce a un cálculo simplista, pues es imperativo destacar que la interpretación de estos indicadores deviene en función de la rama industrial y el contexto específico de la empresa.
Entre los indicadores financieros de liquidez más recurrentes, destacan:
Este indicador financiero reviste la importancia de evaluar la capacidad de una entidad para cumplir sus compromisos financieros a corto plazo. Bajo una mirada escrutadora, la Razón Corriente ausculta la solvencia a corto plazo de la organización, confrontando sus activos corrientes (denominados también como activos circulantes) con sus pasivos corrientes (conocidos asimismo como pasivos circulantes).
La fórmula para calcular la Razón Corriente se erige de la siguiente manera:
Razón Corriente = Activos Corrientes / Pasivos Corrientes
El resultado obtenido a través de esta ecuación exhibe una relación que manifiesta cuántas veces los activos corrientes pueden amparar a los pasivos corrientes. Una cifra superior a 1 denota que la entidad cuenta con activos corrientes suficientes para sufragar los pasivos de índole efímera. Mientras mayor sea la Razón Corriente, mayor será la aptitud de la compañía para satisfacer sus obligaciones en el corto plazo.
A manera de ilustración, si una empresa dispone de $100,000 en activos corrientes y $60,000 en pasivos corrientes, su Razón Corriente arrojaría el siguiente resultado:
Razón Corriente = $100,000 / $60,000 = 1.67
De esta forma, se infiere que la empresa posee 1.67 veces más activos corrientes que pasivos corrientes, lo que indica una sólida posición financiera a corto plazo. No obstante, cabe señalar que una Razón Corriente excesivamente elevada podría indicar una gestión ineficaz de los recursos para la generación de ingresos, ya que mantener una cantidad considerable de activos líquidos podría no ser la estrategia más lucrativa en determinados casos. Por consiguiente, es imperativo considerarla en concordancia con otros indicadores financieros y dentro del contexto particular de la entidad.
El indicador financiero de la Razón Ácida, más exigente que su homólogo la Razón Corriente, se despliega para evaluar la capacidad de una empresa para cumplir con sus compromisos financieros a corto plazo, excluyendo el inventario de los activos corrientes. Esta métrica se torna invaluable cuando el inventario no puede convertirse en efectivo de forma expedita.
La fórmula para calcular la Razón Ácida se presenta en los siguientes términos:
Razón Ácida = (Activos Corrientes – Inventario) / Pasivos Corrientes
El resultado desprendido de esta ecuación cristaliza una relación que indica cuántas veces los activos corrientes, excluyendo el inventario, pueden salvaguardar a los pasivos corrientes. Un valor superior a 1 pone de manifiesto que la empresa dispone de activos líquidos suficientes, excluyendo el inventario, para solventar sus obligaciones a corto plazo. A mayor Razón Ácida, mayor solvencia en el cumplimiento de sus obligaciones a corto plazo, sin recurrir de forma significativa a la venta de inventario.
Ilustrativamente, si una empresa cuenta con $100,000 en activos corrientes (excluyendo el inventario) y $60,000 en pasivos corrientes, su Razón Ácida sería:
Razón Ácida = ($100,000 – $20,000) / $60,000 = 1.33
En este caso, se descontaron $20,000 correspondientes al inventario de los activos corrientes para el cálculo de la Razón Ácida. Esto implica que la empresa posee 1.33 veces más activos líquidos, excluyendo el inventario, que pasivos corrientes, indicando así una sólida posición financiera a corto plazo sin depender de manera relevante de la venta de inventario.
La Rotación de Cuentas por Cobrar, conocida en inglés como «Accounts Receivable Turnover,» se alza como un indicador financiero destinado a evaluar la celeridad con que una empresa convierte sus cuentas por cobrar en efectivo. Este indicador acredita la eficiencia de la compañía en la gestión de las ventas a crédito y la recuperación de fondos por parte de los clientes.
La fórmula para calcular la Rotación de Cuentas por Cobrar se formula de la siguiente manera:
Rotación de Cuentas por Cobrar = (Saldo Promedio de Cuentas por Cobrar / Ventas a Crédito Promedio) x 365 (expresado en días)
Un valor elevado en la Rotación de Cuentas por Cobrar generalmente indica que la empresa está recaudando eficazmente los montos que le deben los clientes, y que sus políticas crediticias son adecuadas. Por otro lado, un valor bajo podría denotar que la empresa enfrenta dificultades en la recuperación de cuentas por cobrar, lo que podría mermar su liquidez.
A modo de ejemplo, si una empresa registra $200,000 en ventas a crédito promedio durante un año y un saldo promedio de cuentas por cobrar de $50,000 en el mismo período, la Rotación de Cuentas por Cobrar se calcularía de la siguiente forma:
Rotación de Cuentas por Cobrar = ($50,000 / $200,000) x 365 = 91 días
En términos simples, esto significa que, en promedio, la empresa convierte sus cuentas por cobrar en efectivo en un lapso de 91 días. Un incremento en este número con el tiempo denota una pérdida de liquidez, y si esta cifra supera a la de los competidores, sugiere un deterioro en la gestión de la liquidez.
La Rotación de Inventario, denominada en inglés «Inventory Turnover,» ostenta la calidad de indicador financiero dirigido a medir la rapidez con que una empresa convierte su inventario en ventas a lo largo de un período específico. Este indicador se revela crucial para evaluar la eficacia de la gestión del inventario, dado que un inventario excesivo puede inmovilizar capital y elevar los costos asociados al almacenamiento, mientras que un inventario insuficiente puede derivar en pérdidas de ventas.
La fórmula para calcular la Rotación de Inventario se estructura de la siguiente forma:
Rotación de Inventario (días) = (Costo de Bienes Vendidos / Saldo Promedio de Inventario) x 365
Una alta Rotación de Inventario generalmente sugiere que la empresa está vendiendo su inventario con rapidez y tiene un control eficaz sobre el mismo. Por el contrario, una baja Rotación podría insinuar que el inventario se mantiene inmovilizado durante largos periodos, lo que podría congelar capital y acrecentar los costos.
Por ejemplo, si una empresa reporta un costo de bienes vendidos de $80,000 en un año y un saldo promedio de inventario de $200,000 durante el mismo período, la Rotación de Inventario se calcularía como sigue:
Rotación de Inventario = ($80,000 / $200,000) x 365 = 146 días
Esto denota que, en promedio, la empresa transforma su inventario en 146 días, lo que sugiere una gestión eficaz del inventario y una rápida rotación de los productos disponibles para la venta.
La Rotación de Cuentas por Pagar, conocida en inglés como «Accounts Payable Turnover,» constituye un indicador financiero orientado a evaluar la prontitud con la que una empresa satisface sus cuentas pendientes con proveedores o cuentas por pagar. Esta métrica calibra la eficiencia de la entidad en la administración de sus pasivos a corto plazo vinculados a compras y suministros.
La fórmula para calcular la Rotación de Cuentas por Pagar es la que sigue:
Rotación de Cuentas por Pagar (días) = (Compras Promedio / Saldo Promedio de Cuentas por Pagar) x 365
Un índice elevado de Rotación de Cuentas por Pagar generalmente sugiere que la empresa efectúa sus pagos a proveedores con premura y eficiencia. Contrapuesto a ello, un índice bajo podría connotar que la empresa posterga los pagos a sus proveedores, lo que puede mellar sus relaciones comerciales y su aptitud para conseguir condiciones favorables en el futuro.
Por ejemplo, si una empresa registra compras promedio por un total de $100,000 a lo largo de un año y un saldo promedio de cuentas por pagar de $1,000,000 durante el mismo período, la Rotación de Cuentas por Pagar se calcularía de la siguiente manera:
Rotación de Cuentas por Pagar = $100,000 / $1,000,000 x 365 = 36 Días
Esto denota que, en promedio, la empresa paga a sus proveedores en cuatro ocasiones al año, lo que sugiere una gestión eficaz de las cuentas por pagar y una pronta satisfacción de sus compromisos con los proveedores.
A continuación se muestr una cuenta de resultados de un proyecto para los primeros cuatro años de operación:
El siguiente cuadro de control o gestión, muestra el cálculo de los indicadores financieros relativos a la liquidez y rotación.
Entrada de la serie: Manual de Gestión administrativa
ReferencesFinanzas corporativas en línea | Asesoramiento en finanzas corporativas | Harvard Business Review
Una mayor información: pdv-a.com | avacum.com | email to: jperez@pdv-a.com | info@pdv-a.com
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