Los próximos años, vamos a ver constantes cambios que están sucediendo en nuestra sociedad, va a suponer Retos y oportunidades para las pymes y las empresas en general.
En un mundo en constante avance y transformación, resulta sorprendente descubrir que solo el 18% de las pequeñas y medianas empresas (pymes) temen quedarse obsoletas. Esta actitud, caracterizada por enfrentar las preocupaciones con inquietud, cautela y deseos de superación, estimula a las pymes a considerar los desafíos que se les presentan como auténticas oportunidades de crecimiento.
Cuadro: Principales preocupaciones de las PYMES para los próximos años
Las pymes también son plenamente conscientes de las dificultades inherentes a la gestión empresarial en la actualidad, especialmente en el actual entorno económico. De hecho, la inflación se posiciona como la principal preocupación de estas empresas, con un alarmante 47% de las pymes manifestando su inquietud al respecto.
Esta preocupación, vinculada directamente a la salud financiera de los negocios, es seguida de cerca por otras cuestiones igualmente relevantes, como la rentabilidad de la empresa (38%), los costes energéticos (34%), el impago o la morosidad (26%) y la falta de demanda (26%). Así pues, las preocupaciones más acuciantes de las pymes se centran en factores que impactan directamente en sus gastos e ingresos.
El aumento de los precios de los productos y servicios afecta directamente a su capacidad para mantener la rentabilidad y la competitividad en el mercado. Las pymes se enfrentan a la difícil tarea de equilibrar los costes de producción y operativos con los ingresos generados, a fin de garantizar su supervivencia y crecimiento sostenible.
Otro aspecto que preocupa a las pymes es la rentabilidad de la empresa. En un mercado altamente competitivo, las empresas deben buscar constantemente estrategias para maximizar sus beneficios y optimizar su rendimiento financiero. Es necesario tomar decisiones acertadas en cuanto a la gestión de los recursos, la inversión en tecnología y la mejora de los procesos internos, con el objetivo de garantizar una rentabilidad adecuada y estable en el tiempo.
Los costes energéticos representan también una importante preocupación para las pymes. El aumento de los precios de los combustibles y la energía en general afecta directamente a la estructura de costes de las empresas, reduciendo su margen de beneficio. Para contrarrestar esta situación, las pymes deben explorar alternativas energéticas más eficientes y sostenibles, así como implementar medidas de ahorro y uso responsable de la energía.
La morosidad y el impago de facturas son otros obstáculos con los que deben lidiar las pymes. El retraso o la falta de pago por parte de los clientes comprometen seriamente la liquidez y la capacidad de pago de las empresas, poniendo en riesgo su continuidad. Es fundamental establecer una política de gestión de cobros eficiente, así como contar con mecanismos legales y financieros que permitan minimizar los riesgos asociados a este problema.
Menos destacables, aunque una de cada cinco pymes nacionales aún las considera como tales, son las preocupaciones relacionadas con la viabilidad de la empresa o los problemas de liquidez. Quizás en parte gracias a la mejora en el acceso a la financiación que tienen las empresas en la actualidad, ya que tan solo un 14% afirma tener dificultades en este sentido. Además, llama la atención cómo, a pesar de que ciertos problemas como la ciberseguridad, la escasez de talento o los cambios legislativos continúan presentes, no representan un gran condicionante en la actualidad para la gran mayoría de estos empresarios, según revela el estudio.
El crecimiento en tamaño y facturación, mencionado por el 42,5% de las pymes, y el control de la subida de costes, señalado por el 40,6%, son los dos mayores retos a los que se enfrentan estas empresas de cara a 2023. Además, una de cada cuatro pymes considera que la adaptación al cambio en el mercado y con los clientes, así como la apertura de nuevas líneas de negocio, son también desafíos principales que deberán afrontar en los próximos meses. Asimismo, una de cada cinco pymes añade la innovación, la mejora de la gestión de la tesorería y la búsqueda tanto de proveedores como de trabajadores idóneos como factores clave a considerar.
Sin embargo, al igual que sucede con las preocupaciones, los retos también varían según el tamaño y el sector. Para las pymes más pequeñas, los grandes desafíos son crecer en tamaño y facturación, controlar el aumento de los costes manteniendo los precios y adaptarse a todos los cambios que se avecinan. Por otro lado, en cuanto a los sectores, la construcción y el sector servicios comparten el reto principal de controlar los costes y los precios. En cambio, las pymes del sector agrícola muestran una mayor preocupación por la independencia energética, mientras que las del sector industrial se enfocan en la adaptación al cambio, el desarrollo de estrategias sostenibles y la búsqueda de proveedores confiables, tal y como se evidencia en el estudio.
Ahora bien, ¿qué planes tienen los empresarios para convertir todos estos retos en oportunidades? Están decididos a enfocarse en varias áreas de mejora dentro de sus empresas. Mejorar las estrategias de marketing (34,1%), establecer nuevas estrategias de negocio (32,7%), comprender mejor las necesidades de los clientes (30,4%), identificar nuevas oportunidades de negocio que habían pasado desapercibidas (28,2%) y aprovechar las ayudas y subvenciones disponibles para las empresas son sus principales objetivos. Además, las pymes de mayor tamaño también incluyen en esta lista la apertura al comercio exterior y una mayor inversión en equipamientos sostenibles como áreas prioritarias de mejora.
Los esfuerzos de mejora son compartidos en general, aunque con pequeñas diferencias según los sectores. En el sector agrícola, las empresas muestran una decidida intención de mejorar las inversiones en equipamientos sostenibles y tener un mayor acceso a las subvenciones, un enfoque que también comparte el sector de la construcción. Por otro lado, tanto el sector industrial como el de servicios priorizan la búsqueda de nuevas estrategias de negocio y la mejora de sus estrategias de marketing.
A pesar de los desafíos, la magnitud de los retos actuales y la creciente conciencia sobre la necesidad de realizar mejoras para tener un modelo de negocio eficiente y rentable a medio y largo plazo, las pymes mantienen una actitud positiva. Según las respuestas de los empresarios, un 66% de las pymes tienen un alto grado de confianza en el futuro (7 sobre 10), mientras que un 28,2% afirma tener una confianza media y solo un 5% muestra poca o ninguna confianza.
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