El sector educativo ha sido uno de los primeros en verse afectado por la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, lo cual ha llevado al cierre de sus centros. En circunstancias excepcionales como estas, una correcta gestión se vuelve aún más fundamental.
La Norma ISO 21001 se presenta como una “herramienta de gestión estratégica para el sector educativo” que utiliza el mismo lenguaje que los profesionales a los que va dirigida.
Esta norma recoge requisitos específicos sobre los procesos educativos, como el desarrollo del plan de estudios, el proceso de admisión y los métodos de evaluación.
En los últimos meses, hemos presenciado cómo la crisis sanitaria desencadenada por el COVID-19 ha obligado al cierre de los centros educativos. El incansable esfuerzo y la rápida adaptación por parte de los profesionales de la educación y los centros han sido cruciales para mantener un servicio de vital importancia en nuestra sociedad.
Si tuviéramos que priorizar los servicios en los que es esencial asegurar un nivel de calidad y una orientación vocacional que satisfaga nuestras necesidades como usuarios, sin duda, la educación siempre estaría entre las primeras opciones.
La preocupación por cómo el conocimiento fortalece a nuestra sociedad es uno de los principales indicadores de desarrollo y progreso en cualquier país. De hecho, en la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecida por las Naciones Unidas, el cuarto objetivo de los diecisiete se centra en garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, promoviendo oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida para todos.
Durante muchos años, las organizaciones educativas de todos los niveles, desde la enseñanza primaria hasta la universitaria y profesional, han respondido a esta expectativa con una sensibilidad especial, buscando mejorar sus procesos de gestión y obtener resultados de aprendizaje cada vez más destacados. Certificaciones de calidad, modelos de excelencia tanto generales como sectoriales, programas de indicadores educativos, entre otros recursos, han sido herramientas que han contribuido a establecer políticas, asegurar estándares de calidad y comparar resultados.
En este contexto, la Organización Internacional de Normalización (ISO) ha publicado la Norma ISO 21001, que abre un nuevo camino lleno de oportunidades.
Ahora se dispone de una norma internacional respaldada por la prestigiosa ISO y elaborada con la participación de destacados expertos en el campo. La Norma ISO 21001 abarca un ámbito especializado, pero al mismo tiempo es aplicable a una amplia gama de organizaciones educativas, incluso a áreas y departamentos que brindan formación en organizaciones cuya actividad principal no es la educación.
Esta norma ha sido desarrollada siguiendo la Estructura de Alto Nivel que comparten todas las normas ISO de sistemas de gestión. Su estrecha relación con la ISO 9001 (cuyos requisitos están incluidos) proporciona una guía para lograr la eficiencia de los procesos y la satisfacción de las partes interesadas. Además, facilita la integración con otras normas de gestión ambiental, seguridad y salud en el trabajo, entre otras.
Para las organizaciones educativas, la Norma ISO 21001 representa mucho más que una simple herramienta de gestión. Es la referencia más reconocida dentro del propio sector para identificar un servicio educativo que inspire confianza en la sociedad.
La Norma ISO 21001 adopta un lenguaje cercano y comprensible para los profesionales a los que va dirigida, abarcando requisitos específicos relacionados con los procesos educativos, como el desarrollo del plan de estudios, el proceso de admisión, los métodos de evaluación, entre otros, y situándolos en el contexto particular de esta actividad fundamental.
En este sentido, la gestión del conocimiento adquiere una relevancia crucial, especialmente en lo que respecta a la contribución y el intercambio de conocimientos por parte de los educadores, la utilización de recursos de aprendizaje y el respeto por la propiedad intelectual.
Asimismo, la comunicación se convierte en uno de los elementos fundamentales de esta norma, incluso desde etapas previas a la admisión del estudiante. No se trata únicamente de proporcionar información sobre los requisitos para acceder a una formación determinada, los contenidos y formatos a utilizar, o los costos asociados, sino que la comunicación debe estar presente en todas las etapas de la actividad educativa. Esto abarca desde los criterios y resultados de la evaluación hasta los protocolos para abordar cualquier discrepancia relacionada con dichos resultados.
La norma también hace hincapié en la importancia de la colaboración y la coordinación con todas las partes interesadas, como padres, tutores, proveedores, administración pública y mercado laboral, entre otros. En esta línea, se incluye un anexo informativo (Anexo D) que proporciona directrices para la comunicación con los diferentes tipos de partes interesadas, así como ejemplos de métodos que pueden resultar útiles para obtener su retroalimentación.
La Norma ISO 21001 otorga un papel destacado a aquellos que aportan el valor principal en las organizaciones educativas: las personas que forman parte de ellas. No solo se refiere a los profesores y educadores, sino también al personal de apoyo necesario para brindar el servicio, así como al equipo directivo. Además, se reconoce el papel que desempeñan los proveedores externos, voluntarios, personal en prácticas y colaboradores de la organización en la prestación del servicio.
La competencia de todos ellos es fundamental para el éxito del servicio, por lo que se hace hincapié en criterios de selección transparentes y en la creación de un entorno propicio para el desarrollo de la actividad, prestando especial atención a los factores psicosociales.
Las organizaciones que adopten la Norma ISO 21001 como marco de gestión deben evaluar de manera objetiva el desempeño del personal del centro, involucrarlos en la mejora del proyecto educativo y realizar un seguimiento continuo de su satisfacción, así como de la de los estudiantes.
La Norma ISO 21001 ha integrado en su contenido aspectos esenciales en el contexto actual de cualquier organización, pero especialmente relevantes en una actividad de gran repercusión social como la educación.
Retomando el propósito fundamental de la Educación como motor de desarrollo social, es evidente que la Norma ISO 21001 ha integrado en su contenido aspectos de vital importancia en el contexto actual de cualquier organización, y aún más en una actividad de tan significativa repercusión social.
En esta línea, la norma adopta como principios generales los siguientes:
En cuanto a los criterios de admisión, se establece la necesidad de que sean inclusivos y aplicados de manera uniforme para todos los estudiantes. Asimismo, se promueve la transparencia, el respeto y la equidad en las actividades de evaluación. Estas cuestiones han adquirido un lugar prominente en las expectativas de la sociedad y las organizaciones educativas líderes las han incorporado en sus políticas.
En resumen, la normalización internacional ha logrado crear un marco de principios y requisitos perfectamente adaptado a la realidad actual. Las organizaciones educativas ahora cuentan con más que una simple herramienta de gestión, se trata de una referencia reconocida por el sector para identificar un servicio educativo confiable y de calidad, en el cual la sociedad puede depositar su confianza plenamente.
ISO, the International Organization for Standardization, UNESCO,
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